Historia de la llegada de la Hermanas de la Providencia al Ecuador

El gran día esperado: Las Hermanas llegaron a Quito el 4 de enero de 1872.

Una noche fatídica de agosto de 1868, la provincia de Imbabura vivió terribles momentos de angustia y dolor que se prologaron por mucho tiempo. Como consecuencia de la fuerza de la naturaleza, que se hizo sentir en la madrugada del 16 de agosto de 1868, un terremoto devastó la ciudad y al provincia.

Gabriel García Moreno fue comisionado por el Presidente de la República para reconstruir la ciudad con plenos poderes como Jefe Civil y militar de esta necesitada provincia. Con los peligros que ello representaba, pero de la manera mas diligente y organizada, inicia su tarea levantar la ciudad. Sin embargo eran muchos los niños y niñas que se quedaron en la orfandad.

Ese fue el motivo sustancial por el que se necesitaba tanto en el país una Congregación de Hermanas con el apoyo de García Moreno, quien tenia la intención de traer educadores y educadoras de Europa en beneficio de la educación en el Ecuador.

Con el trabajo del Santo Padre Pío IX, el Cardenal de Merode, el presidente Gabriel García Moreno, Monseñor Ignacio Checa y Barba (Arzobispo de Quito), el Reverendo Leopoldo Freire (Director de la Catedral de Riobamba) y el poeta colombiano, Belisario Peña. Todos desempañaron roles fundamentales para dar cumplimiento a lo encomendado. La tarea no era fácil pero el camino ya estaba trazado por la mano de Dios, y las circunstancias se dieron para la llegada de las Hermanas al país.

Después de varios tramites y preparaciones de la Congregación para realizar la misión que se les había encomendado, un 4 de Enero de 1872, 8 religiosas llegaron a Quito. Las recibieron las Hermanas de los Sagrados Corazones que ya se encontraban en el país.

El colegio de niñas se abrió en Quito en 1873. Su clara evidencia del Carisma y Vocación de las virtuosas extranjeras, las convirtieron en rápidas multiplicadoras de la formación intelectual y artística de aquellas niñas.